Tauro
He intentado escribir sobre ti, sobre nosotros. Quería poner
sobre un papel nuestra historia buscando demostrar al mundo que a nuestra
manera sí que fuimos una historia de amor. No he sido capaz. Supongo que el
problema está en intentar demostrar algo que ni siquiera yo tengo claro. Me
gustaría pensar que fuimos más que sexo ocasional, que los te quiero
intercambiados eran más que palabrería barata dicha para llevarme a la cama.
Sé que no debería confiar en ti, que si por algo te
caracterizabas es por mentir más que hablar. Sin embargo, sabías que conmigo no
te hacían falta ni tus trucos ni tus
mentiras, que sabía exactamente lo que había y que si era contigo, a mí me
valía. Acepté tenerte a ratos, compartir tu cama y tus noches. Acepté no ser
solo yo.
No fuimos una relación al uso, fuimos algo diferente,
único. Eras esa llamada a las 5 de la
mañana, preguntando que si estabas despierto y si en tu casa o en la mía. La primera vez metiendo a un desconocido en
mi cama, que se acabó convirtiendo en la única persona que conocía todas mis
sabanas.
Noches de reservados, esperando que nuestros amigos se despistaran
para poder escaparnos juntos. Un camino
de regreso a casa de 5 minutos que se alargó durante 40 por no poder evitar
pararnos cada dos pasos para comernos a besos.
Te convertiste en el tema principal de más rondas de
cervezas de las que nunca estaría dispuesta a admitir, donde mis amigas pedían
todos los detalles de nuestra no historia. Una historia a tiempo parcial,
porque la jornada completa les pertenecía a otros.
No fuimos una relación al uso, no fuimos un nosotros, fuimos
algo diferente, complicado con demasiado equipaje. Fuimos más de lo que supo
todo el mundo y menos de lo que me hubiera gustado. Eras, éramos, fuimos; al fin y al cabo, todo en pasado.
Comentarios
Publicar un comentario