Cuidado que viene el lobo

Último disparo, ya no quedan ni balas ni ganas en la recámara. Simplemente se agotaron. 

Tampoco quedan lágrimas que llorar en este nuevo adiós, las derrochamos, las malgastamos en despedidas falsas, sin saber que un día llegaría la verdadera.

No nos dimos cuenta de que entre tanta toma falsa habría una que si sería verdadera.

3, 2, 1 y... ¡Acción!

Esta vez no te vas tú, te echo yo.



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