Porque puedo vivir contigo pero no puedo vivir sin mi.
A veces es como si siguiera en la misma página de siempre, como si
todo lo que he intentado recuperar este año, fuese yo misma quien
me lo quitase de un plumazo, como si no me dejase volver a intentar sonreír, aunque claro sonreír es fácil, sonreír de verdad ya cuesta un poco más y más
cuando te empeñas en creer que no lo mereces. Acabé pensando que había
conseguido todos mis propósitos, uno por uno.
El primero era volver a quererme, poder
volver a mirarme al espejo sin miedo a ver lo que se reflejaba, sentirme
orgullosa de cada una de mis imperfecciones y partes de este desastre de cuerpo
de 1,60. Costo apreciar que la pequeña tripa que se esconde tras mi camiseta
reflejaba todas las veces que era capaz de disfrutar de una buena comida, que
mis piernas no desencajaban con mi figura y que aunque soñase con tenerlas más
esbeltas eso no significaba que no fuesen bellas. También que no necesitaba ni
planchas ni maquillaje ni ropa llamativa porque por mucho que tapase o cambiase
cosas físicas el interior siempre iba a asomarse y eso era lo que había que
embellecer no lo otro.
En segundo lugar quise volver a confiar,
poder volver abrir las puertas de mi interior a alguien sin dejar la cadena
puesta por miedo a que me lastimasen. Costo y dolió porque aunque lo conseguí
con mas personas de las que esperaba sin querer di la llave a la persona
equivocada que una vez que entró se fue intentando dejar todo lo dentro
destruido.
En tercer lugar me plantee ser capaz de
reflejar el cariño que siento hacia las personas que me importan porque aunque
pienses que la gente sabe que la quieres a veces viene bien un buen abrazo para
recordarlo. Poco a poco empecé con mensajes bonitos, pequeñas palabras que
alegran el día pero claro no siempre si no en aquellos momentos donde necesitas
gritarle a alguien lo mucho que le quieres, luego aceptando el afecto físico y
siendo capaz de devolverle no por cortesía si no porque es lo que realmente me
apetecía y así poco a poco volví a disfrutar del placer de dar y recibir un
buen abrazo.
Y en último lugar volver a ser feliz y
volver o empezar a aprender a querer y ya se que son dos propósitos pero los
conseguí gracias a la misma persona, la luz que apareció en el mayor momento de
oscuridad para volver a llenar todo de luz, gracias a él, a mi TURNEDO supe lo que era querer de verdad, sentir ganas
de hablar y estar con esa persona todo el día, tener la necesidad de enseñarle
todo de ti y que él fuese el único que podía reparar todos los destrozos de mi
yo interior hasta lo que estaban mucho antes de que él llegase. Porque él fue
capaz de volver hacerme llorar de la risa y mostrarme otra vez como volver a
ser realmente feliz.
Comentarios
Publicar un comentario