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Hace tiempo que me hice una promesa a mi misma. Me prometí hacerme inmune a los insultos, hacerme fuerte, crearme una coraza por la cual las criticas físicas, los insultos resbalasen a través de ella y se convirtiesen en palabras carentes de sentido.

Pero hoy me he fallado a mi misma, he permitido que animales sin ningún uso de la razón pudiesen conmigo, que fuesen capaz de causarme la mínima molestia que a sus ojos se convertía en una victoria mas que alimentase su atroz ego.

Las lagrimas han vuelto a correr por mis pálidas mejillas pero al menos solo ha sido durante un misero segundo aunque el tiempo es insignificante en estos casos y lo único que importa es la derrota.

En muchas ocasiones hablamos y hablamos sobre los demás sin preocuparnos que es lo que realmente hay detrás de una apariencia física, lo hacemos muchas veces sin maldad solo para entretenernos pero no nos damos cuenta de que detrás de tanto un físico 10 como de uno 0 hay una persona, una mente, un corazón que no siempre esta lo suficientemente fuerte como para aguantar risas, opiniones un tanto duras o una comparacion negativa. Lo que muchas veces empieza como una simple broma o una conversación para pasar el rato acaba siendo el motivo de un llanto, de que una persona se sienta mas que se sienta asqueada consigo misma.

Si, la verdad es que puede que este hiperbolizando mucho la situación, lo reconozco, pero al fin y al cabo que levante la mano la persona que nunca se ha sentido mal por un comentario sobre él fuera de lugar. Me da que si fuésemos sinceros nadie la levantaría.

Por mucho que seamos fuertes y "pasemos" de los comentarios de personas que ni nos van ni nos vienen, siempre hay una gota que colma el vaso.


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